El MITO DE NARCISO
Quizás muchos de vosotros ya conocereís esta historia, sino es así os invito a que la conozcáis conmigo. Es un relato breve y resumido. Luego cada uno deberá sacar sus propias conclusiones.
Eco y Narciso
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Puesto que proviene de la mitología griega reconozcamos esta historia como un mito, uno de los muchos que forman parte de su mitología y quizás uno también de los mas fámosos y reconocidos en todo el mundo.
En la mitología griega, Eco es una Oréade (es así como se conocen a las ninfas o diosas de los bosques) que amaba su propia voz. La joven fue castigada por los dioses por ayudar a Zeus a serle infiel a su esposa Hera. El castigo consistía en repetir las últimas palabras que oyera de otras personas.
De ahí el origen que da nombre al sonido que hoy todos conocemos como el eco.
Narciso, en cambio era un joven que amaba su belleza. Acerca de su mito perduran varias versiones, entre las que se cuenta la de Ovidio, que fue el primero en combinar las historias de Eco y Narciso.
Narciso: la flor |
El bello, vanidoso y egocéntrico Narciso da nombre a una flor no menos bella, que según el texto es fruto de su muerte. Narciso es por tanto preso de su propia vanidad y de su egocentrismo, por eso solo podía amarse a sí mismo.
Era un hombre bellísimo, pero también muy egoista y cruel con los demás.
La muchacha no tenía ya la facultad del habla cuando vió a Narciso por primera vez. Rápidamente se enamoró de él y le siguió en silencio a través del bosque. Cuando Narciso se dió cuenta le preguntó.-
-¿eres una mujer?
_...mujeeer- fue lo único que pudó responder ella.
A Narciso le gustaba atraer a los demás, así que habló con ella hasta enamorarla por completo y despúes se alejo burlándose cruelmente de ella.
La jovén lloró desconsoladamente pero Narciso también tuvo su castigo. Unos pasos después llegó al río y se inclinó para beber agua. Por primera vez contempló su rostro reflejado en el agua y se enamoró de sí mismo de tal manera que no quisó moverse de allí. Tanto se inclinó para poder verse que cayó dentro del lago y murió ahogado.
Fin de la historia...
Posiblemente haya un camino unico y prácticable de muchas maneras; de distintas maneras y formas para cada uno de nosotros y seguramente la única forma de llegar a él y encontrarlo solo dependa de nosotros mismos. Puede que aún sea posible que encontremos dicho camino...
Os voy a contar esta historia otra vez, pero esta vez narrada y transmitida al lector por uno de los más grandes escritores y dramaturgos que ha dado la literatura, Oscar Wilde, y que dice así:
"Narciso, era un hermoso muchacho
que todos los días iba a contemplar
su propia belleza en el lago.
Estaba tan fascinado por sí mismo,
que un día cayó dentro del lago y murió ahogado.
En el lugar donde cayó
nació una flor a la que llamaron narciso".
Pero Oscar Wilde
ponía fin a la historia de esta manera:
"El decía que cuando Narciso murió,
vinieron las Oréades -diosas del bosque-
y vieron el lago transformado,
de un lago de agua dulce,
en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloráis?- preguntaron las Oréiadas.
-Lloro por Narciso, - respondió el lago.
-Oh, no nos extraña que lloréis por Narciso
-prosiguieron diciendo ellas-.
Al fin y al cabo,
a pesar de que todas nosotras
le perseguíamos siempre
a través del bosque,
vos erais el único
que tenía la oportunidad
de contemplar de cerca su belleza.
-Entonces, ¿era bello Narciso?- preguntó el lago.
-¿Quién sino vos podría saberlo?-
respondieron, sorprendidas, las Oréiadas-.
Después de todo,
era sobre vuestra orilla
donde él se inclinaba todos los días.
El lago quedóse inmóvil unos instantes.
Finalmente dijo:
-Lloro por Narciso,
pero nunca
me había dado cuenta
de que Narciso fuese bello.
-Lloro por Narciso
porque cada vez
que el se recostaba sobre mi orilla
yo podía ver,
en el fondo de sus ojos,
mi propia belleza reflejada".
Una delicia para los sentidos, ¿no creen?.
Ojalá todos fuéramos capaces no sólo de comtemplar nuestra propia belleza en un espejo sino tambien la de los demás. Y no la belleza que puede verse a simple vista sino aquella que habita en el interior de las personas.
Seamos como ese lago. Reflejemos la belleza, reflejemos todas las cosas buenas que están dentro de nosotros y compartamos esa belleza con el resto del mundo.
Levántate con el propósito de ser cada día un poco más bello por dentro. Solo aquellas personas inteligentes, aquellas que consiguen ver más allá de un simple físico, serán capaces de verlas y descubrirlas en tí.
Tú también tienes que aprender a transmitirlas y hacerlo bien solo depende de tí.
Esta es la belleza que me gustaría ver reflejada en el rostro de las personas cada mañana.
Como dice Paulo Coelho- "Vamos a intentar reflejar belleza en todas las cosas que hagamos".
Ustedes busquen en su interior... posiblemente serán capaces de descubrir muchas más de las que se imaginan; y quizás asi sean capaces de hallar ese camino que andan buscando desde hace tiempo.
Mariló López